ISSN 2007-7343
Facultad de Psicología
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Copyright © 2024 UARICHA
Recibido: 29 de agosto de 2023. Aceptado 30 de abril de 2024.
Correspondencia: Liliana Jazmín Salcido-Cibrián. Facultad de Psicología, Calzada de las Américas norte. s/n, Ciudad Universitaria, 80080,
Culiacán Rosales, Sinaloa, Universidad Autónoma de Sinaloa, México. Correo electrónico: salcido.cibrian@uas.edu.mx
Biased beliefs reinforced in nursing personnel.
DOI: https://doi.org/10.35830/bkwvhy88
Liliana Jazmín Salcido-Cibrián1 ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8847-8049
Gema Estefanía Valenzuela Urrea1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0832-7900
Rosario Eduardo Apodaca Armenta1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8144-3457
Gustavo Alfredo Gómez Rodríguez1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2608-1350
Carolina Valdez Montero1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4938-3087
1Universidad Autónoma de Sinaloa
Las distorsiones cognitivas (DC) son aquellos sesgos
erróneos que se interpretan ante la realidad,
basados en creencias y que se manifiestan en los
pensamientos automáticos. Las creencias sexistas
son reforzadas para enfatizar el comportamiento
según el rol y/o la profesión que se desempeña. Por
esta razón, el objetivo de este estudio fue explorar
la presencia de la distorsión cognitiva en las mujeres
del personal de enfermería. Las participantes de
este estudio fueron 150 mujeres enfermeras que
firmaron su consentimiento informado. Dentro de
los principales resultados se encontró las DC de
filtraje, visión catastrófica, falacia de razón y falacia
de recompensa divina fueron las de mayor
tendencia, mientras que las DC de
sobregeneralización, etiquetas globales y los
deberías presentaron diferencias estadísticamente
significativas en enfermeras casadas. En definitiva,
explorar las DC en los procesos mentales, y
fomentar intervenciones con perspectiva de género
en la formación primaria del personal de enfermería
contribuiría en la mejora de salud mental, pero
sobre todo en la atención futura en los ámbitos
donde se desenvuelve.
Palabras clave: género, estereotipos, psicología
basada en evidencia, procesos mentales.
Cognitive distortions (CD) are incorrect biases that
arise when interpreting reality, rooted in beliefs, and
expressed through automatic thoughts. Sexist
beliefs often reinforce certain behaviors based on
roles or professions. Therefore, this study aimed to
investigate the presence of cognitive distortions
among female nurses. A total of 150 female nurses
participated in this study after providing informed
consent. The primary findings revealed that filtering,
catastrophic thinking, fallacy of reason, and fallacy of
divine reward were the most prevalent CD.
Additionally, married nurses showed statistically
significant differences in overgeneralization, global
labels, and expectations ("should" type reasoning).
Ultimately, exploring CD in mental processes and
incorporating gender-sensitive interventions into
nursing education could enhance mental health and
improve future care practices.
Keywords: gender, stereotypes, evidence-
based psychology, mental processes.
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La falacia del amor propio y el cuidado femenino, están estrictamente vinculadas con las
creencias sexistas o mandatos de género, a pesar de las acciones feministas que
promueven la autonomía de las mujeres. Dueñas y Román (2021) sugieren que el género
es una construcción social, que no se define por cuestiones innatas, sino a partir de la
trama sociocultural que la persona percibe a través de su experiencia vital. Es por ello, que
las creencias sexistas o mandatos de género se perciben como aquellos estereotipos
socialmente aceptados, que establecen un orden social, de comportamiento seguido de
normas sociales, valores y reglas que se esperan de hombres y especialmente en las
mujeres.
No obstante, estas creencias sexistas implícitas en los mandatos de género impactan a las
mujeres en el ámbito privado, debido a la socialización de género se asume a partir de la
feminidad, abnegación y sacrificio personal son aptas en las labores domésticas y de
cuidado. Por tanto, representan un rol, papel o funciones a partir de los modelos de
femineidad y masculinidad, que se perpetúan con la socialización patriarcal en distintos
contextos (Penagos et al., 2021). Aun cuando los mandatos de género son aceptados como
algo normativo o natural” producen ambivalencias, tanto en la psique individual y la
subjetividad social, puesto que implican algo más que asumir determinados roles sociales
(Ahmed, 2015; Benedicto, 2018). Cortes-Sánchez y Fierro-Rojas (2018), proponen que es
de suma importancia considerar el contexto sociocultural, así como la formación de la
personalidad, conductas o creencias cuando se describe a las mujeres. Chapa- Romero
(2018), menciona que incluir al género en cuestiones de salud con una mirada
interseccional podría incidir favorablemente en el bienestar físico y mental.
Según Suberviola (2020), la socialización diferencial emocional de género es un factor que
predispone los papeles y roles emocionales distintos, que inician desde la infancia con
agentes socializadores como la familia, el sistema educativo o los medios de comunicación
entre otros, en donde las mujeres son asociadas con la pasividad, y aspectos de la vida
privada como el cuidado o la afectividad. En un contexto invalidante perpetuado por roles
de género, se infiere que las creencias sexistas podrían estar latentes desde temprana
edad, y estas se refuerzan en conductas estereotipadas, sesgando erróneamente la
realidad percibida en el ámbito público, tal como se ejerce o se elige alguna profesión.
Connell (2013), menciona que en el sector salud, se reproducen distinciones en torno al
género, contrasta entre la medicina masculinizada y la enfermería feminizada, aun así, los
varones en enfermería suelen estar en especialidades tecnológicas. Ribeiro et al. (2017),
expresa que la enfermera es quien establece el primer contacto con el paciente en la
atención primaria, concretando el papel de educadora en la salud, por ello, no es de
extrañarse que la responsabilidad del cuidado y la educación integral recaiga en el
personal de enfermería que en su mayoría solían ser mujeres en las instituciones de salud
(Hernández et al., 2018). Ciertamente, los procesos cognitivos se consideran
imperceptibles, las creencias sexistas establecidas socialmente podrían incidir en la forma
en las que son preconcebidas y estigmatizadas hacia las mujeres. En el ámbito profesional,
algunas de estas creencias sexistas por ejemplo “las mujeres tienen un instinto maternal,
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son mejores cuidadoras”, “¿segura que seguiste el protocolo de actuación?”, “tengo que
hacerlo yo, para que salga bien” se ven reflejadas en ese sentido.
Ahora bien, comprender el carácter imperativo de los pensamientos en el desarrollo de las
creencias sexistas, podría contribuir en el significado erróneo que se atribuyen al contexto,
los valores y las actitudes, puesto que los estereotipos de género inciden tanto en hombres
como mujeres. En este último término, Barberá (2004), explica que el esquema
representacional se ajusta a las creencias preconcebidas en el tiempo, lo que implicaría la
perdida de matices, y con ello, se determinarían mecanismos como la distorsión y los
procesos de acomodación familiar, donde la construcción subjetiva y distorsionada es
característica de las representaciones esquemáticas. Por ejemplo, en el entorno laboral
aquellos donde se vinculan con el significado de lo femenino, se expresarían a partir de la
sensibilidad propia de las mujeres mientras que los varones no.
En este sentido, uno de los supuestos de la teoría cognitiva formulada por Beck en los años
sesenta, es que las personas antes de emitir una respuesta generada por un estímulo
perciben, procesan, clasifican e incluso dan un significado en función de los esquemas
cognitivos. Estos esquemas cognitivos corresponden a las creencias nucleares, es decir la
visión de mundo, de las otras personas y sobre una misma, interactuando con las demás.
Las creencias nucleares constituyen lo más profundo del esquema, son concepciones de
sí mismo y del mundo, son globales, categóricas y estables en el tiempo. Por otra parte, las
DC hacen referencia al procesamiento de la información a partir de esquemas previos, que
se traducen en pensamientos automáticos sesgados negativamente (Ruiz et al., 2012).
Soria y Noroña (2022), afirman que las DC aparecen a raíz de una evaluación errada ante
la situación contemplada como problemática, provocando respuestas disfuncionales en la
conducta y la emoción, confirmando así la teoría y esquemas interpretativos que la
componen.
Ciertamente las distorsiones cognitivas, constituye una forma de revaluar la realidad
inmediata, dependiendo de la experiencia y en otras ocasiones en función de los estímulos
activadores que se suscitan en el ambiente, y que generalmente son considerados como
amenazantes. Es por ello, que Salcido-Cibrián et al. (2023), insisten en la evaluación de la
temporalidad de los constructos psicológicos. En este sentido, Ramírez-Cruz et al. (2022),
sostienen que “ante sociedades normadas por condiciones sociales que operan desde una
postura patriarcal y de hegemonía masculina, la ciencia, los servicios de salud y los
tratamientos médicos para la atención a los trastornos mentales no son la excepción”
(p.73). Eventualmente las creencias sexistas a partir del rol en las mujeres han sido
reforzadas no solo en cada etapa evolutiva sino también con el transcurso del tiempo,
están cargadas de estereotipos y discriminación, que podrían trasladarse tanto a nivel
social como a los espacios laborales.
Dado que las DC procesan la información de forma errónea, atribuyendo un papel
predominante en las creencias sexistas reforzadas en los roles de género. En el caso de
enfermería, al suscitarse la distorsión cognitiva de sobregeneralización (extraer
conclusiones basándose en su poca experiencia) repercute en la atención con los
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pacientes. Del mismo modo, en el papel que desempeñan como educadoras y promotoras
de la salud, puesto que, no están exentas de la interacción social, familiar y el contexto
laboral. Por lo que el objetivo de este estudio es explorar la presencia de la distorsión
cognitiva en las mujeres del personal de enfermería.
Diseño
El tipo de diseño es descriptivo transversal.
Participantes
La muestra objetivo de este estudio se constitupor 150 enfermeras jóvenes con una
media edad de M= 30.10 y una desviación estándar de DS= 5.06, que ejercen en diferentes
instituciones de salud pública en el estado de Sinaloa. Los criterios de inclusión incluyeron
a mujeres mayores de 18 años independientemente de su etnia, religión y estado civil que
ejercen en instituciones de salud pública. Las enfermeras tenían estudios de nivel técnico
(8.7 %), licenciatura (78.7%), especialidad (9.3%) y maestría (3.3 %). Todas las participantes
fueron voluntarias y accedieron a formar parte del estudio firmando el consentimiento
informado.
Instrumento
Datos sociodemográficos. Para conocer las características de la muestra, se solicitaron
datos referentes a la edad, género, escolaridad y estado civil.
Inventario de Pensamientos Automáticos de Ruiz y Lujan (1991). Tiene el objetivo de
detectar los principales pensamientos automáticos agrupados en 15 distorsiones
cognitivas. El inventario es auto aplicable, consta de 45 ítems con formato de respuesta
tipo Likert, cuyas opciones de respuesta van desde 0 a 3 (0 = nunca pienso eso, 3 = con
mucha frecuencia), con un Alpha de Cronbach de α = .93 en la escala total.
Álvarez et al. (2019), mencionan los diferentes tipos de distorsiones cognitivas:
Filtraje: percepción de ciertos aspectos de un acontecimiento, sesgando la interpretación
del contexto, se caracteriza por manifestarse como una visión de túnel.
Pensamientos polarizados: se manifiesta a través de pensamientos dicotómicos,
absolutistas y extremistas, donde existe cierta inclinación por predecir conclusiones, sin
tener evidencia de ello.
Sobregeneralización: ante una situación se extraen conclusiones a partir de un solo hecho
en particular, desplazándose como explicación a diferentes situaciones aisladas, es decir
una generalización excesiva ante los acontecimientos sin evidencia alguna.
Interpretación del pensamiento: ante los sentimientos o intenciones de otros, extrae
conclusiones sin evidencia.
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Visión Catastrófica: predisposición a exagerar o extraer conclusiones de las consecuencias
negativas, sin datos reales que lo evidencian.
Personalización: ante hechos ocurridos en el entorno, existe una tendencia a atribuírselos
o culpabilizarse.
Falacia de control: es la oscilación de creencias de extremos ente excesivo o ningún
control, ante los acontecimientos.
Falacia de justicia: ante los hechos, expectativas, y deseos propios existe una percepción
de injusticia.
Razonamiento emocional: el intenso estado afectivo determina los pensamientos del
momento.
Falacia de cambio: para satisfacer necesidades propias, los cambios dependen de las
acciones que realizan otros.
Etiquetas globales: visión inflexible del mundo, que consiste en etiquetar erróneamente y
de forma generalizada a personas y hechos del entorno.
Culpabilidad: atribución de la responsabilidad ante acontecimientos así mismo y de otros.
Los debería: son normas rígidas y autoexigentes basadas en el supuesto de “como
deberían ser las cosas”.
Falacia de razón: frente a situaciones que la persona considera tener la razón, existe la
tendencia de probar y reafirmar convicciones propias.
Falacia de recompensa divina: a partir de comportamientos percibidos como correctos, se
cree que son acreedores a este premio divino.
Procedimiento
La aplicación del instrumento fue a través de Formulario de Google, el cual se distribuyó a
través de un código QR, con el siguiente orden: consentimiento informado, datos
sociodemográficos y el Inventario de Pensamientos Automáticos de Ruiz y Lujan (1991). La
participación fue anónima, individual y voluntaria con un tiempo aproximado de respuesta
de entre 15-30 minutos. Este estudio fue aprobado por el Comide Ética en Investigación
de la Facultad de Enfermería Mochis, de la Universidad Autónoma de Sinaloa con folio CEI-
010.
Análisis de datos
Para el análisis de los datos se utilizó el paquete estadístico para SPSS (Statistical Package
for the Social Sciences) versión 26.0. Se llevaron a cabo análisis de frecuencias, descriptivos
y Chi2.
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Consideraciones éticas
Este estudio se apegó a los lineamientos, principios y consideraciones del Reglamento de
la Ley General de Salud en materia de investigación para la salud (Secretaría de Salud [SSA],
1987), en donde se tomaron en cuenta aspectos éticos que garantizan la dignidad,
seguridad y el bienestar de las personas sujetas a la investigación, con la finalidad de
mejorar acciones encaminadas a resguardar, promover y restaurar la salud de las
personas y la sociedad en general.
En la Tabla 1 se presentan los resultados obtenidos del total de la muestra de las mujeres
jóvenes de enfermería. Específicamente, para explorar la tendencia o la falta de percepción
de las DC. Las DC que tienen una mayor tendencia a presentarse en las mujeres fueron
filtraje, visión catastrófica, falacia de razón y falacia de recompensa divina.
Tabla 1
Frecuencias y porcentajes del total de la muestra en las DC
Distorsión cognitiva
No percepción DC
Mayor tendencia DC
f
%
%
Filtraje
34
22.7
77.3
Pensamiento polarizado
58
38.7
61.3
Sobregeneralización
65
43.3
56.7
Interpretación del pensamiento
46
30.7
69.3
Visión catastrófica
37
24.7
75.3
Personalización
59
39.3
60.7
Falacia de control
67
44.7
55.3
Falacia de justicia
50
33.3
66.7
Razonamiento emocional
72
48.0
52.0
Falacia de cambio
41
27.3
72.7
Etiquetas globales
43
28.7
71.3
Culpabilidad
61
40.7
59.3
Los deberías
44
29.3
70.7
Falacia de razón
34
22.7
77.3
Falacia de recompensa divina
9
6.0
94.0
Nota. DC= Distorsión cognitiva
Debido a las puntuaciones obtenidas, se consideró pertinente comparar a las participantes
de acuerdo con su estado civil, con el objeto de identificar la presencia de la DC. Los
resultados obtenidos de la chi-cuadrada presentan diferencias estadísticamente
significativas en las DC en las enfermeras solteras y casadas en sobregeneralización,
etiquetas globales y los deberías. Con respecto al estado civil de las participantes, las
mujeres casadas presentan una mayor tendencia a estas DC que las mujeres solteras (ver
Tabla 2).
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Tabla 2
Frecuencias y resultados de chi-cuadrado para DC en enfermeras solteras y casadas (N=150)
Distorsión cognitiva
No percibe DC
Tendencia a DC
n
%
N
%
X2(2)
Sobregeneralización
Solteras
47
51.6
44
48.4
6.514*
Casadas
18
30.5
41
69.5
Etiquetas Globales
Solteras
32
35.2
59
64.8
4.777*
Casadas
11
18.6
48
81.4
Los deberías
Solteras
33
36.3
58
63.7
5.361*
Casadas
11
18.6
48
81.4
Nota. DC= Distorsión cognitiva *p<.001
El objetivo de este estudio fue explorar la presencia de la DC en las mujeres del personal
de enfermería. En los hallazgos de este estudio las participantes exteriorizaron una mayor
tendencia a evidenciar la DC, puesto que se ha reforzado en el tiempo, tanto las creencias
sexistas y estereotipos, a partir de los esquemas de género. Cabe señalar, que las DC, sólo
se presentan una vez que el estímulo activador es recurrente (dado que los fenómenos
psicológicos son atemporales), y, en este caso, sujeto por las creencias sexistas implícitas
en los mandatos de género.
En relación con la DC de filtraje, es decir, la percepción de ciertos aspectos de un
acontecimiento, sesgando la interpretación del contexto, se caracteriza por manifestarse
como una visión de túnel. En esta DC, se presenta con frecuencia el realizar afirmaciones
basadas en la femineidad del cuidado, en la cual, la carga del mismo es excesiva a las
enfermeras en los espacios hospitalarios. En concordancia con Echeverri- Gallo (2023), las
tareas masculinas son reconocidas tanto en el ámbito público y social mientras que a las
mujeres no. Es por ello, que la inclusión de la perspectiva de género en escenarios
formativos aportaría en sobrepasar los roles de género (Bonilla-Algovia & Rivas-Rivero,
2021).
En cuanto a la DC de visión catastrófica, en la que existe una predisposición a exagerar o
extraer conclusiones de las consecuencias negativas, sin datos reales que lo evidencian.
Se caracteriza por aquellos juicios binarios que han sido reforzados al ejercer presión
sobre la competencia y la capacidad que tienen las mujeres para ser resolutivas. A partir
de este reforzador, las mujeres podrían cuestionar continuamente si aquello que
solucionaron se hizo de forma correcta o profesional. Debido a la exigencia tanto propia y
externa hacia la mujer por demostrar, la capacidad intelectual, ya que no suelen ser vistas
como sujetos cognoscentes, alimentado así, el síndrome de la impostora. Esta amenaza
estereotipada se integra con el síndrome de la impostora a través de valoraciones
negativas sobre su desempeño y futuro profesional (Ahedo et al., 2020; Ramsey & Brown,
2018). Aunado a ello, que, a partir del cautiverio en la lógica patriarcal hegemónica,
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minimiza el estado de la mujer, en donde se anula el deseo propio (Macías-Valadez & Luna-
Lara, 2018).
La DC falacia de razón en la que frente a situaciones en las que la persona considera tener
la razón, existe la tendencia de probar y reafirmar convicciones propias. Estas creencias,
son reforzadas con la falsedad de que solo ellas, podrían realizar ciertas tareas sólo por el
rol femenino, aunado a ello, aquellas profesiones que requieren el cuidado del otro tal es
el caso de enfermería, pareciera que son exclusivas de las mujeres en función del rol de
género, aun cuando esto no sea así. La teoría feminista no solamente implica una práctica
social, ética y política, dado que conlleva tomar conciencia de la discriminación y la opresión
que viven las mujeres solo por el hecho de serlo (Martínez-Collado, 2023).
La falacia de recompensa divina, DC en la que a partir de comportamientos percibidos
como correctos, se cree que son acreedoras a este premio divino. Las respuestas antes
situaciones inesperadas y fuera de control son asumidas como un beneficio de la divinidad
como “existe un plan perfecto, para ti”, lo cual, en un contexto cultural que ha sido
impactado por diversas religiones, la idea del bien y el mal se refuerza. Los estudios
feministas y de género denuncian la violencia en nombre de la religión, desde una visión
antropológica donde se establecen los roles sociales entre lo masculino y femenino (Mena,
2015). Lezama (2022), menciona que el cambio cultural y valorativo, hacen emerger nuevas
normas sociales, y con ello un cambio de conciencia. Agregando a lo anterior, Morgade
(2020), insiste en señalar las brechas de género con el objeto de evitar la reproducción de
desigualdades, en la autonomía y desarrollo profesional de las mujeres.
En un entorno patriarcal dominante existen creencias nucleares, que, si bien no tienen un
consenso sobre las creencias sexistas se vinculan de esa interacción social, construidas en
contextos invalidantes. Algunas de estas creencias se relacionan con el estado civil de las
mujeres, y con ello, lo que “debería ocurrir/hacer/tener/pensar estando casadas”. Sau
(2004), sugirió las mujeres casadas podrían sentirse como las únicas culpables, en caso de
que el matrimonio no cumpla las expectativas sociales, puesto que el estado civil mantiene
un poder regulador. Es por ello, que en los hallazgos de este estudio ha sido necesario
hacer una distincn en aquellas mujeres que cuentan con un estado civil de casadas.
Dentro de las DC que se evaluaron, las mujeres casadas muestran mayor tendencia a la
sobregeneralización, en la cual ante una situación se extraen conclusiones a partir de un
solo hecho en particular, desplazándose como explicación a diferentes situaciones
aisladas, es decir, una generalización excesiva ante los acontecimientos sin evidencia
alguna. Adicionalmente, la DC de etiquetas globales con la visión inflexible del mundo, que
consiste en etiquetar erróneamente y de forma generalizada a personas y hechos del
entorno. Finalmente, también muestran mayor tendencia a la DC de los debería con las
normas rígidas y autoexigentes basadas en el supuesto de “cómo deberían ser las cosas”.
Passerino y Zenklusen (2022), sostienen que la organización social del cuidado, el servicio
doméstico y algunos sectores de la salud como la enfermería, recae en un sistema de
relaciones de género, que comparte patrones culturales y políticos. Por ello, es de suma
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importancia re-territorializar la atención de salud, en concordancia con los principios
feministas de solidaridad y sororidad (Alonso et al., 2023).
Dentro de las limitantes de este estudio, se identifica que durante la realización tuvo la
particularidad de desarrollarse en pandemia COVID-19, por lo que la fatiga laboral y mental
para responder los instrumentos en línea, influyo en las dificultades en el aumento
muestral. Futuros estudios podrán explorar la identificación de las distintas DC en
diferentes contextos, etapas de la vida e incluso su relación con variables de salud mental.
En tal sentido, Ramírez-Cruz et al. (2022), proponen diseñar y adaptar tratamientos
psicológicos efectivos en referencia a la salud mental que incorporen perspectiva de
género.
La probabilidad de desarrollar problemas en la salud mental es latente, puesto que la
presencia de las DC podría considerarse una causa necesaria en el fortalecimiento y
mantenimiento de las conductas de riesgo, a pesar, de los diversos esfuerzos teóricos y
metodológicos del feminismo para erradicar las creencias sexistas. El explorar las DC,
contribuye en el proceso de deconstrucción pues implica identificar aquellas DC con el
objeto, en primera instancia en el reconocimiento del proceso mental, y, en segunda
instancia para regularlas, puesto que este proceso es cíclico y no estático. El estudio
evidencia que las mujeres profesionistas tienden a presentar distorsiones cognitivas, esto
obedece a que la cultura, los estigmas, o las creencias sexistas podrían contribuir como
estímulos activadores de la DC, propiciando que las mujeres profesionistas continúen
dudando de su capacidad dentro de los espacios laborales. Finalmente, hay que destacar
que las DC, aun cuando estas son imperceptibles dado que se identifican a través de un
pensamiento, esto no niega la existencia de ellas, fomentar intervenciones con perspectiva
de género en la formación primaria del personal de enfermería contribuiría en la mejora
de salud mental, pero sobre todo en la atención futura en los ámbitos donde se
desenvuelve.
Financiamiento
La investigadora con numero de CVU: 1109514, agradece la beca otorgada para la
realización de los estudios de Maestría en Ciencias en Enfermería por el Consejo Nacional
de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT).
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses.
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