ISSN 2007-7343
Facultad de Psicología
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Copyright © 2024 UARICHA
Recibido: 9 de mayo de 2024. Aceptado 7 de diciembre de 2024.
Correspondencia: Ithzel Liliana Fernández Montaño. Universidad de Guadalajara. Juan José Baz 220-3. Col. Chapultepec Oriente. C.P.
58260. Morelia, Michoacán. Correo electrónico: Ithzel.fernandez0836@alumnos.udg.mx
Prevalence of depressive symptomatology in applicants of a bachelor's degree program
in psychology. DOI: https://doi.org/10.35830/0e91my03
Ithzel Liliana Fernández Montaño1 ORCID: https://orcid.org/0009-0003-4808-9307
María Elena Flores Villavicencio1 ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6919-8690
Karina Cortés Melchor2 ORCID: https://orcid.org/0009-0009-2659-2394
Teresa Margarita Torres López1 ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4157-5073
1Universidad de Guadalajara
2Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
La sintomatología depresiva produce afectaciones
en el desarrollo de los individuos, ya sea en el ámbito
físico, cognitivo, emocional o social. En ese sentido,
los estudiantes al tener que hacer frente a las
demandas que implican estudiar una carrera
universitaria pueden llegar a presentarla, lo que
puede impactar de forma considerable su
trayectoria académica. El objetivo de este trabajo es
analizar la sintomatología depresiva en aspirantes
de un programa de licenciatura en Psicología de la
UMSNH. Se llevó a cabo un estudio descriptivo-
correlacional y de corte transversal; se aplicaron el
BDI-II y CESD-R. La muestra estuvo conformada 352
aspirantes, de los cuales 196 se identificaron con
sintomatología leve a severa de acuerdo con el BDI-
II, y 187 con CESD-R, con una diferencia de 2.55%.
Entre los principales hallazgos del estudio se
encontró que aproximadamente 55.68% de los
participantes de esta generación presenta en algún
nivel sintomatología depresiva, de este porcentaje el
77% son mujeres, tienen entre 16 a 21 años
(𝑥=18.35, SD=.989), 79.6% se dedica exclusivamente
a sus estudios, 89.8% estudia bajo la modalidad
presencial, 32.1% cuenta con el diagnóstico, entre
otros factores. En la conclusión, se analiza la
importancia de llevar a cabo estas evaluaciones para
poder identificar la sintomatología depresiva en
candidatos a psicólogos y proponer acciones para el
autocuidado de la salud mental en este grupo.
Palabras clave: evaluación, sintomatología
depresiva, jóvenes universitarios, México.
Depressive symptomatology affects individuals'
development across various domains, including
physical, cognitive, emotional, and social aspects.
University students, when faced with the demands
of pursuing a degree, may experience depressive
symptoms that can significantly impact their
academic trajectories. This study aims to assess
depressive symptomatology among applicants to a
bachelor’s program in Psychology at UMSNH. A
descriptive-correlational and cross-sectional study
was conducted using the BDI-II and CESD-R. The
sample consisted of 352 applicants, of whom 196
were identified with mild to severe symptomatology
according to BDI-II, and 187 according to the CESD-
R, with a 2.55% difference between the instruments.
Key findings revealed that approximately 55.68% of
participants in this cohort exhibited some level of
depressive symptomatology. Of this percentage,
77% were women, aged 16 to 21 years (M = 18.35,
SD = .989); 79.6% were exclusively dedicated to their
studies, 89.8% were enrolled in a face-to-face
modality, and 32.1% reported having a formal
diagnosis, among other factors. The conclusion
highlights the importance of conducting such
assessments to identify depressive symptomatology
in psychology program candidates and to propose
actions aimed at promoting mental health self-care
within this group.
Keywords: assessment, depressive
symptomatology, youth university students,
Mexico.
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023) menciona que la sintomatología
depresiva es común en la población y afecta de manera significativa la vida productiva de
la persona que la padece, y dado que puede evolucionar a un trastorno mental como lo es
la depresión, el problema empeora ya que se estimó que para el 2030 será la primera
causa de discapacidad en el mundo. La sintomatología depresiva incluye tristeza, pérdida
de interés y de placer, sentimiento de culpa, trastornos del sueño y del apetito, disminución
de la autoestima y/o cansancio o pérdida de energía (Asociación de Psiquiatría, 2014;
Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2017). Por ello, se ha considerado como un
problema de salud pública a nivel global (Rivera-Rivera et al., 2015).
Cabe mencionar que esta sintomatología ha sido estudiada desde hace varias décadas
para identificar las causas que la provocan y con esto a su vez generar estrategias de
intervención. Actualmente, se conoce que es multicausal, es decir, hay diferentes factores
que aumentan el riesgo de padecerla, los cuales van desde aspectos biológicos,
psicológicos y sociales. Con base en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales (DSM-5) los criterios para el tamizaje de la sintomatología depresiva son: El
estado deprimido la mayor parte del día y casi todos los días; disminución del interés en
actividades que antes producían placer; pérdida o aumento importante del peso sin hacer
dieta; insomnio o hipersomnia; agitación o retraso psicomotor, fatiga o pérdida de energía;
sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva; disminución de la capacidad para
pensar o concentrarse; y pensamientos recurrentes de muerte (Asociación Americana de
Psicología [APA], 2014).
Estrada et al. (2015) demostraron que un factor importante con la predisposición a la
sintomatología depresiva tenía que ver con el sexo. Afirman que las mujeres tienen mayor
probabilidad de padecerla, esto derivado de los estereotipos de género que se atribuyen
por ser del sexo femenino y de cómo ellas los interpretan, tales como de que suelen ser
más sentimentales y crear altas expectativas sobre las personas o los acontecimientos
(Fischer & Arce, 2020).
No obstante, esto puede ser causa de que los hombres jóvenes con frecuencia manifiestan
sus emociones de forma que se ajustan a las normas sociales y culturales, dichas normas
imponen que deben demostrar fortaleza y autocontrol, limitando la expresión de
sentimientos como tristeza o miedo (Ruvalcaba et al., 2022). Asimismo, Granrud et al.
(2019) también encontraron que las mujeres presentan con mayor frecuencia síntomas
depresivos, aunado a problemas con el sueño, tristeza, desesperanza, tensión y
preocupación. Estos datos son confirmados a su vez por Solís-Cámara et al. (2018),
González-Forteza et al. (2015), Ruíz et al. (2020) y Gil-Díaz et al. (2022) en sus respectivos
estudios.
En lo referente a la edad, González-Forteza et al. (2015), señalan que la sintomatología
depresiva en los adolescentes y jóvenes ha aumentado considerablemente y que los más
afectados viven en zonas socio-urbanas conflictivas. De esta misma manera, la
adolescencia trae consigo cambios en la identidad, que en condiciones adversas podrían
derivar en síntomas como sentimientos de culpa, baja autoestima, estado de ánimo bajo,
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
entre otros (Reyes, 2021). Incluso, en el Boletín de Información Clínica y Terapéutico de la
ANMM (2017) señalan que “aproximadamente uno de cada cinco adolescentes,
experimentará un cuadro depresivo antes de la edad de 18 años” (como se citó en Torres
& Rodas, 2024, p. 5). De ellos solo un porcentaje muy bajo recibirá atención profesional.
En ese sentido, Álvaro et al. (2010) señalan que los universitarios españoles presentan
sintomatología depresiva, y al respecto, Arévalo et al. (2019) mencionan que representa la
principal causa del deterioro del bienestar psicológico en estudiantes de países en vías de
desarrollo, lo que impacta en su trayectoria académica, y, por ende, en las oportunidades
laborales que posteriormente puedan presentarse, es decir, tiene una afectación a corto,
mediano y largo plazo. Además, en el contexto universitario la sobreexigencia, la
imposición de tareas y desafíos propios del sistema educativo, así como las limitaciones
personales en la capacidad percibida para sobrellevarlos, pueden contribuir a la aparición
de estos síntomas (Reyes et al., 2021); esto se evidencia a partir de las cifras sobre el
aumento creciente de uso de sustancias e ideación suicida (Lozada & García, 2019).
Otro fenómeno emergente que afecta actualmente el bienestar de los jóvenes se deriva
de pandemia por COVID-19, la cual implicó hacer frente a un estresor para el cual no
estaban preparados. Es así que, los estudios que se llevaron a cabo en población
universitaria durante la pandemia revelan que hubo un incremento en la prevalencia de la
sintomatología depresiva, que se manifestaron en trastornos del sueño, problemas de
alimentación, conflictos familiares, estrés, bajo rendimiento escolar, entre otros
(Fernández, 2021; González et al., 2021; Iriarte et al., 2018; Morales & Díaz, 2022; Ruvalcaba
et al., 2021).
En específico en los universitarios de la Facultad de Psicología de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) se ha observado en los últimos 3 años un
aumento en la depresión del 20% a partir del diagnóstico que se hace en los estudiantes
de nuevo ingreso, así como en el incremento del 50% de la demanda de atención
psicológica en el Centro Integral de Intervención Psicológica (CIIP), y por reportes de
docentes y tutores que relacionan la deserción (17% en el último año) y las deficiencias en
el desempeño académico con esta causa. Estos datos pueden deberse a que al ser
psicología una carrera del área de la salud mental, los jóvenes interpretan que a través de
su formación pueden resolver situaciones personales de carácter emocional (Gómez &
Fernández, 2023).
Así mismo dentro de esta misma institución (UMSNH) se realizó un estudio en el cual se
aplicó el Inventario de Depresión de Beck (BDI-II) en 1190 universitarios y se encontró que
el 13.3% de la muestra puede cumplir con criterios de depresión, así como puntuaciones
superiores en mujeres (Padrós & Pintor, 2021). Lo anterior coincide con los resultados de
González et al. (2021), quienes realizaron un estudio en diferentes universidades del país
en las que encontraron alteraciones psicológicas como ansiedad, tristeza y enojo
constantes, problemas con la alimentación y el sueño, mayores conflictos familiares, así
como diferencias en cada estado, pero llaman más la atención las similitudes en cuanto al
impacto negativo de la pandemia en el bienestar psicológico.
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
Debido a lo anterior, queda evidenciado que actualmente los síntomas depresivos son un
tema de atención en universitarios dado que tiene un impacto significativo en su
trayectoria académica y en su vida personal, sumado a ello aumenta la posibilidad de
presentar algún trastorno mental. Es decir, ignorar o retrasar el tratamiento de los
síntomas depresivos ocasiona consecuencias graves tanto a nivel personal como
académico, impactando en la concentración, el rendimiento, la motivación y las relaciones
interpersonales, lo cual es aún más grave en aquellos que están en formación para atender
estas problemáticas de manera profesional. Es por esto por lo que el objetivo del estudio
fue analizar la sintomatología depresiva y su relación con las características
sociodemográficas en aspirantes de un programa de Licenciatura en Psicología.
Diseño de la investigación
El estudio está basado en una metodología cuantitativa, con un diseño no experimental,
un alcance descriptivo-correlacional y es de corte transversal (Hernández et al., 2006).
Participantes
Para la obtención de los datos se realizó un muestreo no probabilístico, seleccionado por
conveniencia. La muestra se conformó por 352 aspirantes a la Licenciatura en Psicología
de la UMSNH, los cuales se encontraban en el curso propedéutico del ciclo escolar 2023-
2024. El criterio que se utilipara determinar el tamaño de la muestra fue la capacidad
que tiene esta institución para recibir cada año una nueva generación, mismos que se
dividen en 10 secciones. En ese sentido, al total de candidatos que participaron en el
proceso de admisión, se les invitó a contestar los instrumentos y solo 352 aceptaron y lo
hicieron voluntariamente, por lo tanto, fue a quienes se evaluaron. Sin embargo, una vez
realizado el tamizaje se encontró que aproximadamente entre 196 (55.68%) y 187 (53.12%)
aspirantes, de acuerdo con los instrumentos aplicados, son quienes presentan un nivel
leve, moderado o severo de sintomatología depresiva según la clasificación de los autores
del BDI-II y CESD-R, el resto se considera en el rango normal.
Técnicas e instrumentos para la recolección de datos
Para la recolección de datos se utilizaron dos instrumentos de evaluación de
sintomatología depresiva y una cédula de datos sociodemográficos y de salud mental de
elaboración propia.
El Inventario de Depresión de Beck (BDI-II): Elaborado por Beck et al. (1979) ha sido
utilizado para la evaluación de la intensidad de los síntomas depresivos en diferentes
países. Sin embargo, en México, Estrada et al. (2015) llevaron a cabo una validación del
inventario y con base en sus hallazgos aportan evidencia de que dicho instrumento es
confiable y adecuado para el diagnóstico de la sintomatología depresiva en universitarios
mexicanos, retomando la adaptación de Jurado et al. (1998). El instrumento consta de 21
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
preguntas que indagan los síntomas depresivos durante las últimas dos semanas, las
cuales se responden con una Escala tipo Likert de 4 opciones. Las puntuaciones varían de
0 a 63 y la interpretación es que “a mayor puntuación mayor nivel de depresión”.
La Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos (CESD-R): realizada por
Radloff (1977) y adaptada por González-Forteza et al. (2008) para adolescentes mexicanos.
Es un instrumento de tamizaje para sintomatología depresiva presente en las últimas 2
semanas. Actualmente se encuentra conformada por 35 reactivos más otros 4 de la
subescala de Roberts, divididos entre 8 dimensiones, los cuales se responden a través de
una Escala Likert de 5 respuestas, donde 0 corresponde a escasamente (0 a 1 días) y 4 a
severa (casi diario durante las últimas do semanas, de 10 a 14 días). La interpretación de
la prueba es “a mayor puntuación mayor nivel de depresión” (como se citó en Hermosillo
& Rivera, 2019).
Consideraciones éticas
Para garantizar la confidencialidad se les brindó un consentimiento informado a los
participantes donde se les señaló el objetivo del estudio y su rol dentro del mismo,
especificando que su resultado no tendría impacto en su proceso de admisión y que solo
se realizaba con fines investigativos, por lo que quienes aceptaron participar manifestaron
su conformidad. Cabe mencionar, que se asignaron códigos para mantener el anonimato.
Una vez realizada el procesamiento de datos y por cuestiones éticas, se entregaron
resultados a la institución, así como sugerencias personalizadas respecto a la atención
médica y psicológica, por medio de una entrevista a quienes mostraron sintomatología
severa (Sociedad Mexicana de Psicología, 2007/2009).
Cabe destacar que se cumplió con lo marcado en la Ley General de Salud ya que el estudio
fue aprobado por el Comité tutorial del Doctorado Interinstitucional en Psicología de la
Universidad de Guadalajara, garantizando que cumpliera con todas las normativas éticas
y científicas para la investigación con seres humanos (Congreso de la Unión, 2000).
Procedimiento
Se realizó un análisis de los antecedentes de la sintomatología depresiva en esta población
y se elaboró el protocolo de investigación, el cual fue avalado por un comité tutorial del
Doctorado Interinstitucional en Psicología de la Universidad de Guadalajara.
Posteriormente, se solicitó y fue autorizado el acceso a la institución; se procedió a la
aplicación con el apoyo de los profesores responsables de cada sección para enviar a los
estudiantes la liga del formulario con los instrumentos y el consentimiento informado que
especificaba la voluntariedad, el anonimato en su participación y que sus respuestas serían
utilizadas con fines de investigación. Es así, como se recibieron las respuestas en la
plataforma de Google y se descargaron en el formato del programa Excel. Por último, una
vez recopilados los datos se realizó el análisis descriptivo e inferencial.
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
Análisis de datos
El análisis consistió en describir los datos sociodemográficos y de salud mental de los
aspirantes; determinar la sintomatología depresiva de acuerdo con los dos instrumentos,
así como su relación con las variables sociodemográficas y de salud mental. Para ello, se
utilizaron estadísticos como la frecuencia, media y desviación estándar, además de analizar
la consistencia interna de los instrumentos, todo ello a través del paquete para el análisis
estadístico y la gestión de datos SPSS, versión 25.
La confiabilidad de los instrumentos se estimó mediante el alfa de Cronbach, obteniendo
una puntuación de 0.921 para BDI-II, mientras que para CESD-R fue de 0.923, lo que indica
que ambos son confiables para aplicarse en población universitaria. A continuación, se
presenta la información encontrada respecto al nivel de sintomatología depresiva en los
aspirantes que pueden ser considerados por su edad dentro de la adolescencia tardía. En
la Figura 1 se observa que aproximadamente 44.3% a 46.9% presenta sintomatología
depresiva mínima (de acuerdo con el DSM-5 este parámetro es considerado como normal,
motivo por el cual estos estudiantes fueron excluidos del análisis), hecho que es
importante de mencionar, ya que muestra la situación general de los estudiantes de nuevo
ingreso.
Figura 1
Sintomatología depresiva de los aspirantes (n= 352).
Por lo tanto, al considerar que todas las personas que participaron en este estudio
presentan rasgos depresivos en algún nivel, se afirma que de acuerdo con BDI-II
únicamente 196 estudiantes de nuevo ingreso a la Facultad de Psicología de la UMSNH
presentan sintomatología que varía del nivel leve al severo, mientras que en la escala del
CESD-R refiere que son 187, es decir, 9 personas menos (Figura 2).
44.3%
21.9% 25.0%
8.8%
46.9% 45.5%
6.0% 1.7%
Mínima (Normal) Leve Moderada Severa
Porcentaje
Nivel de sintomatología depresiva
BDI-II (n=196) CESD-R (n=187)
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
Figura 2
Resultados de los aspirantes con sintomatología depresiva de leve a severa (n=196).
En la Tabla 1 se describen algunas características de los aspirantes que tienen
sintomatología depresiva con base en ambos instrumentos, no obstante, para la
caracterización se consideran únicamente los resultados a partir del BDI-II. De ese modo,
se encontró que el 77% de la muestra son mujeres y el resto hombres, mismos que tienen
una edad que oscila entre los 16 a 21 años (x =18.35, SD= .989), de ellos 53.1% residen en
la ciudad de Morelia, 79.6% se dedica de tiempo completo a sus estudios, 71.4% señalaron
haber estudiado en una preparatoria pública y 89.8% se encuentra estudiando la carrera
bajo una modalidad presencial.
Con relación a la presencia de factores de riesgo para la salud mental de los aspirantes a
universitarios, se mostró que aproximadamente el 47.4% tiene problemas económicos,
58.7% con alguna persona, 31.1% ha vivido una pérdida significativa, 6.6% no tiene amigos,
64.3% actualmente no tiene pareja, 76.5% manifiesta problemas para manejar la soledad
y 74% tiene dificultad para dormir (Tablas 1 y 2).
Aunado a lo anterior, en la Tabla 2 se identifica que el 32.1% de los adolescentes refiere
que cuenta con diagnóstico de depresión, asimismo, el 12.8% más tiene la sospecha de
que podría tenerlo. El 18.4% consume fármacos como método de tratamiento y del total
de la muestra el 68.4% ha acudido o se encuentra en proceso terapéutico.
Cabe mencionar, que la sintomatología con mayor prevalencia, según el BDI-II, fue los
cambios en los hábitos de sueño (87.2%), la pérdida de energía (86.7%) y la dificultad para
concentrarse (82.7%); mientras que en el CESD-R, los tres síntomas más comunes fueron
sentirse infeliz (91.9%), no divertirse mucho (85.6%) y no disfrutar de la vida (78.1%).
En segunda instancia, se realizaron una serie de pruebas para determinar los factores
sociodemográficos y de salud que se asocian con el nivel de sintomatología depresiva en
los aspirantes a universitarios. En la tabla 3, se presentan los resultados: el nivel de
sintomatología depresiva se relaciona o depende de la cantidad de horas que duerme, el
diagnóstico previo de depresión, la sospecha de padecer el trastorno, el consumo de
medicamentos y los problemas para dormir. Sin embargo, no se identificó relación con la
39.3% 44.9%
15.8%
85.6%
11.2% 3.2%
Leve Moderada Severa
Porcentaje
Nivel de sintomatología depresiva
BDI-II (n=196) CESD-R (n=187)
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
residencia, la edad, si tiene problemas con alguna persona, pérdidas significativas, entre
otros.
Tabla 1
Datos sociodemográficos de aspirantes con sintomatología depresiva leve, moderada y severa según el BDI-II (n=196)
y CESD-R (n=187).
Indicador
Respuesta
BDI-II (n=196)
CESD-R (n=187)
f
f
%
Diagnóstico de depresión
Presenta
63
43
23
No presenta
132
144
77
No indica
1
0
0
Sospecha de depresión
Si
88
60
32.1
No
108
127
67.9
Consumo de medicamento
Si
36
28
15
No
135
143
76.5
No indica
25
16
8.6
Ha acudido o asiste a terapia
psicológica
Si
134
120
64.2
No
62
67
35.8
Problemas con la soledad
Si
150
120
64.2
No
46
67
35.8
Problemas para dormir
Si
145
113
60.4
No
51
74
39.6
Horas de sueño
4-5 horas
57
36
19.5
6-7 horas
103
99
52.9
8-9 horas
32
49
26.2
10 horas
2
1
0.5
No responde
2
2
1.1
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
UARICHA 2024, Vol. 22, 81-94
Tabla 2
Datos de salud mental de aspirantes con sintomatología depresiva leve, moderada y severa de según el BDI-II (n=196)
y CESD-R (n=187).
Indicador
Respuesta
BDI-II (n=196)
CESD-R (n=187)
f
%
f
%
Diagnóstico de depresión
Presenta
63
32.1
43
23
No presenta
132
67.4
144
77
No indica
1
.5
0
0
Sospecha de depresión
Si
88
44.9
60
32.1
No
108
55.1
127
67.9
Consumo de medicamento
Si
36
18.4
28
15
No
135
68.9
143
76.5
No indica
25
12.7
16
8.6
Ha acudido o asiste a terapia
psicológica
Si
134
68.4
120
64.2
No
62
31.6
67
35.8
Problemas con la soledad
Si
150
76.5
120
64.2
No
46
23.5
67
35.8
Problemas para dormir
Si
145
74
113
60.4
No
51
26
74
39.6
Horas de sueño
4-5 horas
57
29.1
36
19.5
6-7 horas
103
52.6
99
52.9
8-9 horas
32
16.3
49
26.2
10 horas
2
1
1
0.5
No responde
2
1
2
1.1
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
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Tabla 3
Relación de la sintomatología depresiva con los datos sociodemográficos y de salud mental de los aspirantes.
Sintomatología depresiva
Prueba
BDI-II
CESD-R
Valor de
prueba
P
Valor de
prueba
P
Edad
Rho
.097
.176
.060
.413
Cantidad de horas de sueño
Rho
-.234
.001*
-.024
.747
Sexo
x2
3.237
.198
2.639
.267
Residencia
x2
2.081
.353
2.386
.303
Sección
x2
21.299
.502
19.782
.597
Trabaja
x2
2.572
.276
1.834
.400
Tipo de preparatoria donde
estudio
x2
1.977
.372
.853
.653
Problemas económicos
x2
.341
.843
.284
.868
Tiene pareja
x2
3.947
.139
3.923
.141
Tiene amigos
x2
5.574
.062
4.811
.090
Problemas con alguna
persona
x2
2.492
.288
2.890
.236
Presencia de pérdidas
significativas
x2
.827
.661
5.191
.075
Presencia de cambios
significativos
x2
.927
.629
2.692
.260
Diagnóstico de depresión
x2
12.846
.002*
2.678
.262
Sospecha de depresión
x2
6.661
.036*
1.279
.528
Consumo de medicamento
x2
12.861
.002*
5.872
.053
Ha acudido o asiste a
terapia psicológica
x2
4.111
.128
2.645
.267
Problemas con la soledad
x2
5.066
.079
4.198
.123
Problemas para dormir
x2
9.609
.008*
.129
.938
Con base en los resultados obtenidos del tamizaje de la sintomatología depresiva, más de
la mitad de los aspirantes a la carrera de Psicología en la UMSNH en el ciclo escolar 23-24
presentan sintomatología depresiva en un nivel de leve a severo, lo que significa un
problema, tal como lo afirman Álvaro et al. (2010) y lo cual corrobora Reyes (2021) al señalar
que entre más joven sea la persona hay mayor probabilidad de riesgo.
Por el contrario, estos resultados difieren con los de Trunce et al. (2020) quienes
encontraron niveles de depresión más bajos en universitarios. No así, González-Forteza et
al. (2015) comentan que la depresión en jóvenes y adolescentes ha aumentado
considerablemente en los últimos años, esto puede ser ocasionado por los desafíos
Fernández et al. Sintomatología depresiva en aspirantes de psicología.
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propios del contexto educativo (Reyes et al., 2021), por la vivencia propia de la adolescencia
(González-Forteza et al., 2015), así como una secuela de la pandemia por COVID-19, esto
de acuerdo con algunos estudios respecto al aumento de la prevalencia de los síntomas
en este ámbito (Fernández, 2021; González et al., 2021; Iriarte et al., 2018; Morales & Díaz,
2022).
Ahora bien, psicología es una carrera seleccionada mayormente por mujeres, por lo que a
pesar de que se reportó que tres de cada cuatro estudiantes con sintomatología depresiva
son mujeres, este factor debe ser comprobado y confirmado puesto que representa un
riesgo al cumplimiento de los logros académicos, a la discapacidad y más aún a atentar
sobre su vida. En este sentido, Estrada et al. (2015) y posteriormente Solís-Cámara et al.
(2018) encontraron que las mujeres tienen más probabilidades de experimentar esta
sintomatología, sumado a esto Granrud et al. (2019) señala que al ser de nuevo ingreso
esto incrementaba el riesgo para ellas.
Cabe mencionar, que los síntomas más prevalentes en las últimas dos semanas según el
BDI-II fueron la pérdida de placer, tristeza, dificultad para concentrarse, cambios en los
hábitos de sueño y disconformidad consigo mismo, aspectos que corresponden
directamente a cinco de los criterios establecidos en el DSM-5 para el diagnóstico de la
depresión; además de coincidir con los resultados de González et al. (2021).
Así mismo, el CESD-R mostró que los síntomas que se presentaron con mayor frecuencia
las últimas dos semanas fueron el poco apetito, dificultad para concentrarse, sentirse
infeliz, pérdida de placer (no disfrutar, ni divertirse). La pérdida de placer y la dificultad para
concentrarse coinciden con los resultados del otro instrumento, sin embargo, llama la
atención que los problemas con el sueño no resultaran relevantes como se indicó en el
BDI-II, e incluso en el cuestionario sociodemográfico se observó que tres de cada cuatro
estudiantes tienen trastornos en esa área.
No obstante, hay otros factores que son importantes de analizar y que pueden tener un
impacto en el desarrollo de esta sintomatología, por ejemplo: tres de cada cuatro
estudiantes presentan problemas con la soledad y trastornos del sueño, y uno de cada
tres ya contaban con un diagnóstico de depresión según su respuesta en los datos
solicitados de salud mental y solo la mitad de ellos consumen algún tipo de medicamento.
Por lo tanto, estos aspectos deben ser monitoreados tanto por el estudiante, su familia y
el entorno en el que se desenvuelve.
Los hallazgos previos muestran datos similares en ambos instrumentos, lo que refuerza la
certeza de los resultados obtenidos. Esto permite a los profesionales de la salud e
investigadores elegir el instrumento que mejor se ajuste a sus objetivos, ya que ambos son
útiles para el tamizaje de sintomatología depresiva en esta población, aunque el BDI-II
podría ofrecer más información en contextos clínicos.
Cabe mencionar que el estudio realizado trata de un tamizaje, no de un diagnóstico
preciso, ya que para determinar un caso de depresión se requiere una entrevista clínica.
Sin embargo, con estos resultados se sugiere que las Instituciones de Educación Superior
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(IES) puedan llevar a cabo estrategias de detección temprana de la sintomatología
depresiva en sus estudiantes, así como implementar intervenciones multidisciplinares
orientadas al autocuidado de la salud mental, es decir, programas de intervención que
permitan a los estudiantes desarrollar recursos psicológicos, habilidades de inteligencia
emocional, hábitos de autocuidado personal, entre otros, impactando de esa forma en el
bienestar psicológico.
Además, al ser información recopilada a partir del curso propedéutico del programa
permite realizar acciones desde su ingreso tales como conferencias, talleres, tutorías
personalizadas e incluso la psicoterapia, ya que al ser una carrera del área de la salud
mental es imprescindible reducir la brecha de atención en esta problemática.
A partir de los hallazgos, se obtendrá un referente de la condición psicológica en el que se
encuentran los candidatos a universitarios, lo cual permitia los profesionales de la salud
y del ámbito educativo desarrollar herramientas de promoción y prevención de la salud
mental. Este conocimiento podrá aplicarse también a otras carreras, beneficiando así a
toda la comunidad universitaria. Además, se recomienda realizar estudios cualitativos
sobre la experiencia de los síntomas en esta población, con el fin de fortalecer la calidad y
pertinencia de las intervenciones.
Finalmente, una de las limitaciones de este estudio fue que, al ser aplicado dentro de un
proceso de selección de aspirantes al programa educativo, los jóvenes pudieron responder
los instrumentos bajo la expectativa de ser admitidos, por tanto, pudiese existir un sesgo.
No obstante, durante la aplicación se especificó que dicha evaluación no era un criterio de
selección y que ellos podían decidir libremente su participación.
Conflicto de intereses
Las autoras de este trabajo declaran que no existe conflicto de intereses.
Financiación
Este estudio se realizó gracias a la beca de CONAHCYT para estudios del Doctorado
Interinstitucional en Psicología de Ithzel Liliana Fernández Montaño. CVU 1210001
Agradecimientos
Agradecemos la colaboración de los estudiantes del primer semestre del ciclo escolar
2023-2024 de la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo, así como a las autoridades por las facilidades para llevar a cabo la investigación.
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