ISSN 2007-7343
Facultad de Psicología
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
Copyright © 2025 UARICHA
Uaricha'2025,'23(44),'1-12'
Recibido: 9 de julio de 2024. Aceptado 3 de marzo de 2025. Correspondencia: Lucía Pérez Sánchez. Universidad Autónoma de Nayarit, Boulevard Tepic-
Xalisco #325 C.P. 63155, Ciudad de la Cultura "Amado Nervo" Tepic, Nayarit, México. Correo electrónico: lucia@systemica.com.mx
UARICHA, Revista de Psicología, 2025, 23(44), 1-12.
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Entre&Huellas&y&Corazones:&&
Travesías&Autoetnográficas&en&Familias&Interespecie&
Between footprints and hearts: Autoethnographic journeys in interspecies family
Lucía Pérez Sánchez1 ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1614-7587
Georgina Castillo Castañeda1 ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6358-550X
Iliana Eunice Rodríguez García1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9445-8260
Alba Natali Montoya Moya1 ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6129-6448
Diana Pérez Pimienta1 ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1936-634X
1Universidad Autónoma de Nayarit UAN
Resumen'
Las familias interespecie, inspiradas en la perspectiva de
Donna Haraway, replantean el papel de los animales no
humanos en la vida cotidiana, no solo como compañeros,
sino como agentes activos en la construcción de vínculos.
La evolución de las estructuras familiares ha trascendido
los modelos tradicionales, dando paso a configuraciones
más diversas, como las familias multiespecie. Estas nuevas
dinámicas requieren una perspectiva terapéutica
ampliada, integrando intervenciones basadas en la
investigación para responder a sus necesidades
cambiantes. Este cambio refleja una transformación
profunda en la forma en que nos relacionamos con los
animales de compañía. Lejos de ser considerados simples
posesiones, han pasado a ser miembros plenos de la
familia, con un impacto significativo en el bienestar
emocional y social de sus cuidadores. Desde un enfoque
autoetnográfico, este estudio explora las experiencias y
significados construidos en torno a la convivencia con
animales no humanos en familias interespecie. A través de
narrativas personales, se desvelan las complejidades
emocionales y éticas del cuidado colaborativo,
evidenciando cómo la redefinición de los lazos familiares
abre paso a nuevas formas de relación. Este trabajo no solo
documenta un cambio de paradigma, sino que también
busca comprender cómo estas relaciones influyen en la
configuración de roles, dinámicas afectivas y procesos de
bienestar emocional. Objetivo: Explorar y analizar,
mediante un enfoque autoetnográfico, la convivencia con
animales no humanos en familias interespecie y su impacto
en la estructura y funcionalidad familiar.
Palabras clave:
Animal no humano, Interespecie, Familia,
terapia sistémica, análisis temático.
'
Abstract'
Interspecies families, inspired by Donna Haraway's
perspective, rethink the role of nonhuman animals in
everyday life, not only as companions, but also as active
agents in the construction of bonds. The evolution of family
structures has transcended traditional models, giving way
to more diverse configurations, such as multi-species
families. These new dynamics require an expanded
therapeutic perspective, integrating research-based
interventions to respond to their changing needs. This shift
reflects a profound transformation in the way we relate to
companion animals. Far from being considered mere
possessions, they have become full members of the family,
with a significant impact on the emotional and social well-
being of their caregivers. From an autoethnographic
approach, this study explores the experiences and
meanings constructed around living with nonhuman
animals in interspecies families. Through personal
narratives, the emotional and ethical complexities of
collaborative care are unveiled, showing how the
redefinition of family ties opens the way to new forms of
relationships. This work not only documents a paradigm
shift but also seeks to understand how these relationships
influence the configuration of roles, affective dynamics and
processes of emotional well-being. Objective: To explore
and analyze, through an autoethnographic approach, the
coexistence with non-human animals in interspecies
families and its impact on family structure and functionality.
Keywords:
Non-human animal, Interspecies, family,
systemic therapy, thematic analysis.
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Introducción+
En el tejido complejo de las familias contemporáneas, los animales no humanos han adquirido
un papel central en la dinámica familiar. Investigaciones recientes indican que un 69.8% de los
hogares mexicanos cuentan con al menos un animal de compañía (INEGI, 2021), reflejando una
creciente integración de estos en la estructura familiar. Esta incorporación influye en diversos
aspectos de la vida cotidiana, desde la planificación familiar hasta la socialización infantil (Doré
et al., 2019; Tomlinson et al., 2023). Este fenómeno no es exclusivo de una región o cultura, sino
que se ha observado en distintas partes del mundo, sugiriendo un cambio global en la forma en
que los seres humanos perciben y estructuran sus relaciones familiares (Sáez-Olmos, et al.,
2023).
El vínculo entre humanos y animales no humanos va más allá de la simple convivencia.
Brandes (2020) sostiene que estos son vistos como miembros de la familia, asumiendo roles de
compañeros o sustitutos de parientes, lo que refleja una relación emocional profunda. Este tipo
de relaciones no solo fortalecen la cohesión familiar, sino que también generan beneficios
psicológicos y emocionales en los individuos, influyendo en su bienestar y calidad de vida.
Asimismo, Aragunde-Kohl et al. (2020) destacan su papel en la regulación emocional,
proporcionando apoyo afectivo y estabilidad en el hogar. Su presencia puede disminuir niveles
de estrés y ansiedad, además de contribuir a la sensación de seguridad y apego dentro del
núcleo familiar.
A pesar de estos beneficios, la integración de animales no humanos en la familia plantea
desafíos relacionados con la asimetría de poder en las relaciones interespecies. Haraway (2019)
subraya la necesidad de construir vínculos más igualitarios, promoviendo relaciones de
convivencia y cuidado mutuo. La convivencia con animales de compañía no solo implica
responsabilidad y compromiso por parte de los seres humanos, sino que también abre un
debate ético sobre los derechos y bienestar de estos seres dentro del hogar. Sandøe et al. (2016)
y Faver & Cavazos (2008) enfatizan la importancia del respeto a la dignidad animal, abordando
cómo la convivencia puede reconfigurar la percepción de las especies dentro del hogar. Este
cambio de perspectiva ha impulsado movimientos y legislaciones que buscan garantizar una
vida digna y libre de sufrimiento para los animales de compañía.
El concepto de familia de mascotas (Cain, 1985) ejemplifica cómo los lazos afectivos entre
humanos y animales no humanos trascienden la jerarquía tradicional de las especies. Esta visión
ha motivado la inclusión de los animales no humanos en herramientas de evaluación familiar
como el genograma, facilitando un análisis más integral de la dinámica familiar (Rodríguez
Ceberio & Díaz Videla, 2020). La incorporación de los animales de compañía en el estudio de las
dinámicas familiares permite entender mejor su impacto en la estructura familiar y en la
identidad de los individuos que los consideran parte fundamental de sus vidas. Estudios
recientes han evidenciado que los animales de compañía pueden desempeñar funciones clave
en momentos de crisis o transiciones familiares, actuando como fuentes de apoyo emocional
en situaciones de duelo, separación o cambio de residencia (Agudelo Bedoya & Estrada, 2015).
En este contexto, la perspectiva sistémica juega un papel clave en la comprensión de la
familia como un sistema interconectado, donde cada miembro, humano o no humano, influye
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en el equilibrio y adaptación del conjunto (Díaz Videla, 2019; 2015). La familia, vista desde este
enfoque, es un organismo dinámico que se ajusta y reorganiza constantemente en función de
las experiencias y relaciones de sus integrantes. McGoldrick (2018) resalta que la representación
visual de los animales no humanos en el genograma familiar brinda información clave sobre la
estructura y funcionamiento familiar. Al reconocer a los animales como parte del núcleo familiar,
se hace necesario considerar su papel en la terapia familiar y en el análisis de la funcionalidad
familiar desde un enfoque holístico.
Además, la relación humano-animal no solo impacta en el ámbito familiar, sino también
en la sociedad en general. El creciente reconocimiento del papel de los animales en el bienestar
humano ha llevado al desarrollo de nuevas disciplinas como la antrozoología, que estudia las
interacciones entre humanos y animales desde una perspectiva multidisciplinaria. Esta área de
investigación ha permitido comprender mejor cómo las relaciones interespecies influyen en la
salud mental, las relaciones interpersonales y la construcción de identidades individuales y
colectivas.
Figura 1
Variaciones gráficas utilizadas para diferenciar tipos de animales de compañía.
Fig.1.- Variaciones gráficas utilizadas para diferenciar tipos de animales de compañía. Sobre la base del símbolo
propuesto (i.e., rombo) se incorporan uno o dos triángulos adicionales con valor icónico representativo del tipo de
animal, tal como lo proponen Rodríguez Ceberio y Díaz Videla (2020, p. 9).
Al ampliarse para abarcar las relaciones con los animales no humanos, el genograma
familiar se transforma en una herramienta poderosa para visualizar y analizar las complejas
interacciones que tienen lugar en el entorno familiar. Esta inclusión no solo nos permite
comprender mejor la dinámica de la familia, sino que también nos invita a reflexionar sobre el
papel significativo que desempeñan los animales no humanos en nuestras vidas y relaciones
cotidianas (Fig.1).
En ntesis, el papel de los animales no humanos en las familias contemporáneas supera
la simple compañía, impactando en la estructura, funcionalidad y bienestar del hogar. Su
integración en la vida familiar y en los modelos de evaluación sistémica es fundamental para
comprender la complejidad de las relaciones en la sociedad actual. Es necesario seguir
investigando y reflexionando sobre la manera en que estos vínculos evolucionan y se
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consolidan, asegurando que la convivencia interespecie sea beneficiosa tanto para los seres
humanos como para los animales que comparten su vida con ellos.
Método+
El estudio adoptó un enfoque cualitativo autoetnográfico (Blanco, 2017), donde las autoras
exploraron su propia experiencia con animales no humanos en el entorno familiar.
Características de las participantes
Las participantes fueron mujeres adultas con edades comprendidas entre los 30 y 50 años,
provenientes de entornos urbanos y subordinados. Todas han mantenido una relación
significativa con animales no humanos a lo largo de su vida y han experimentado la integración
de estos en la dinámica familiar. Su formación académica y profesional es diversa, incluyendo
áreas como psicología, terapia sistémica y educación, lo que aporta una perspectiva
interdisciplinaria al análisis.
En términos de estructura familiar, se incluyeron tanto personas que conviven con hijos
y pareja como aquellas que viven solas o en núcleos familiares más reducidos. Este factor
permitió explorar cómo varía la integración de los animales no humanos según la configuración
familiar y los roles dentro del hogar.
Para garantizar el rigor ético del estudio, se obtuvo consentimiento informado de quienes
compartieron sus relatos, asegurando la confidencialidad de su identidad y permitiendo que su
participación fuera completamente voluntaria.
Recolección y análisis de datos
El estudio adoptó un enfoque cualitativo autoetnográfico, donde las autoras exploraron su
propia experiencia con animales no humanos en su propio entorno familiar. Se incluyen
narrativas personales para explorar las complejidades emocionales y éticas del cuidado
colaborativo, lo que permite una comprensión profunda de la experiencia vivida.
Para la recolección de datos, se formularon preguntas detonadoras, dirigidas a indagar
sobre la relación con los animales, su rol en la familia y los cambios percibidos a lo largo del
tiempo. Ejemplos de estas preguntas incluyen: ¿Cómo comenzó tu relación con tu mascota?
¿Qué papel desempeña tu mascota dentro de la familia? ¿Cómo ha cambiado la dinámica
familiar con la presencia del animal? Desde una perspectiva terapéutica, ¿cómo consideras que
los animales pueden contribuir al bienestar emocional y la cohesión familiar?
Técnica de análisis
Se utilizó un análisis temático cualitativo, identificando patrones en los relatos.
Selección de categorías
Las categorías emergieron del análisis inductivo de los relatos, priorizando temas recurrentes.
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Manejo del sesgo
Se implementaron estrategias como la triangulación con la literatura existente y la reflexión
crítica de los relatos para minimizar la subjetividad.
El análisis de los datos se realizó mediante un análisis temático inductivo, identificando
patrones en las narrativas. Se siguió un proceso de codificación abierta, agrupando respuestas
en categorías emergentes y contrastándolas con la literatura existente para garantizar la validez
de los hallazgos. Además, se incorporó un proceso de triangulación con expertos en el área para
fortalecer la confiabilidad del estudio y reducir posibles sesgos.
Para minimizar el sesgo en la interpretación de los resultados, se implementó un
enfoque de reflexividad, en el que las autoras analizaron críticamente su propia perspectiva y
evitaron interpretaciones subjetivas sin sustento en los datos. Además, se compararon las
respuestas entre las participantes para identificar convergencias y divergencias en sus
experiencias. Lo que impliun proceso continuo de autorreflexión y cuestionamiento de las
propias suposiciones y experiencias previas con animales no humanos.
Se garantizó el rigor ético mediante el consentimiento informado de las participantes,
asegurando la confidencialidad de sus testimonios y respetando su derecho a retirar su
participación en cualquier momento.
Resultados+
!
Las categorías de análisis fueron identificadas mediante un proceso de codificación abierta y
emergieron directamente de los relatos analizados. Se priorizó la aparición recurrente de temas
que reflejaban aspectos significativos de la convivencia interespecie. Posteriormente, estas
categorías fueron contrastadas con la literatura existente para asegurar su validez y coherencia
con estudios previos en el área de la antrozoología y la terapia sistémica.
Significados de la relación con la mascota
Uno de los aspectos más significativos que emergieron en los relatos es la forma en que los
animales no humanos han sido percibidos a lo largo de la vida de las participantes. Se observan
distintas narrativas que reflejan cómo estos vínculos evolucionan en función de experiencias
personales, contexto familiar y creencias previas. Muchas de las participantes optaron por
integrar animales no humanos en sus hogares tras experiencias de infancia sin mascotas,
otorgándoles un papel central en su vida emocional y en la crianza de sus hijos. En momentos
de crisis, como la pandemia, su presencia se destacó como un factor de apoyo emocional y
estabilidad.
Las narraciones evidencian cómo la relación con los animales no humanos se construye
desde la infancia y evoluciona con el tiempo, adaptándose a los cambios personales y familiares.
Para algunas participantes, su primera interacción con mascotas estuvo condicionada por reglas
familiares estrictas o limitaciones externas, como alergias de los padres. Lucía (2022) menciona
que en su hogar de origen los animales no eran considerados parte de la familia, lo que influyó
en su decisión de fomentar un vínculo cercano entre sus hijos y las mascotas: !sabía que la
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relación entre niños y mascotas es muy importante en los procesos de aprendizaje de cuidar y
proteger a otros más vulnerable”.
Por otro lado, Diana (2022) describe cómo la ausencia de mascotas en su infancia generó
en ella un deseo latente de compartir su vida con animales no humanos. Fue en la adultez
cuando finalmente pudo cumplir este deseo, adoptando dos perritas que se convirtieron en
parte fundamental de su vida. Su testimonio resalta el papel de estos animales en momentos
de crisis, particularmente durante la pandemia: "su presencia me ayudó a poner un alto a
pensamientos catastróficos y valorar lo positivo en mi vida".
En contraste, algunas participantes crecieron con la presencia constante de animales en
sus hogares. Georgina (2022) recuerda a su primer perro, Roly, y cómo su familia lo integró en
la dinámica del hogar, con un ciclo en el que, cuando uno de sus perros fallecía, otro llegaba
para llenar el vacío emocional. "Cuando uno de ellos moría, al tiempo llegaba otro para
alegrarnos”; expresa, reflejando una visión de continuidad en la relación con los animales no
humanos. Sin embargo, en su adultez, su percepción cambió: aunque sus hijos ven a su perro
como un compañero de juegos, "como adulto se me dificulta integrarlo como miembro de la
familia”.
Iliana (2022) destaca cómo su perro Káiser desempeñó un papel clave en su infancia,
brindándole seguridad y compañía durante actividades recreativas familiares. Para ella, su
mascota representaba un aliado en su crecimiento, pero su fallecimiento marcó un punto de
quiebre en la dinámica familiar, influyendo en la decisión de no adoptar otra mascota en el
futuro. Este testimonio ilustra cómo la pérdida de un animal puede impactar la decisión de
mantener futuras relaciones interespecies.
La relación con los animales también puede verse afectada por experiencias de duelo.
Georgina (2022) menciona que la muerte de dos gatitos afectó profundamente a sus hijos,
generando una resistencia familiar a adoptar nuevas mascotas durante dos años. No obstante,
con el tiempo, decidieron incorporar nuevamente un animal a la familia, lo que resalta la
capacidad de resiliencia y adaptación ante la pérdida: "fue esa necesidad y la oportunidad de
mudarnos a una casa con jardín lo que me llevó a aceptar adoptar a Nito".
La relación con los animales no humanos también puede fortalecerse con el tiempo y en
función de las circunstancias familiares. Algunas personas que nunca habían tenido mascotas
descubren en la adultez el impacto positivo que pueden tener en su bienestar emocional y en
la dinámica de su hogar. Otras, tras haber crecido con mascotas, se replantean su rol y los límites
de la relación con ellas. Estos testimonios muestran que el vínculo con los animales es dinámico,
evolutivo y puede ser moldeado por experiencias significativas como la pérdida, la necesidad de
compañía o la posibilidad de brindar cuidados.
Desde un enfoque teórico, estudios previos han analizado cómo la convivencia con
animales no humanos influye en el desarrollo socioemocional y en la percepción del entorno
familiar (Brandes, 2020). Investigaciones como las de Tomlinson et al. (2023) resaltan que la
integración de los animales en la familia no solo fortalece la dinámica relacional, sino que
también contribuye al bienestar psicológico de los individuos, lo que se alinea con las
experiencias narradas por las participantes de este estudio. Asimismo, se ha documentado que
el vínculo entre humanos y animales puede actuar como un factor protector ante situaciones
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de estrés y ansiedad, facilitando procesos de adaptación en el hogar (Aragunde-Kohl et al.,
2020).
En suma, los relatos reflejan cómo los vínculos con los animales no humanos responden
a diversos contextos personales y familiares. Desde la ausencia en la infancia hasta su
integración en la adultez, estas relaciones se reconfiguran con el tiempo, influyendo en la
percepción de la convivencia interespecie y en la construcción de la identidad familiar. La
literatura en el campo de la antrozoología y la terapia sistémica respalda la relevancia de estas
experiencias, evidenciando su impacto en la estructura y dinámica familiar (McGoldrick, 2018;
Rodríguez Ceberio & Díaz Videla, 2020).
Acciones que posicionan a la mascota como miembro del sistema familiar
Los relatos evidencian que, más allá del vínculo emocional, existen acciones concretas que
refuerzan la integración de los animales dentro del sistema familiar. Estas incluyen la asignación
de roles familiares, la distribución de responsabilidades en su cuidado y la participación en
rituales y dinámicas cotidianas. Lucía (2022) menciona cómo desde el primer día, su cachorro
fue reconocido por sus hijos como un "hermano menor", asignándole cuidados y atenciones
diarias, estructurando incluso turnos para su alimentación y baño. En su caso, la llegada de una
segunda perrita consolidó aún más estos lazos, al ser identificada como la "pareja" del primer
perro y madre de sus cachorros, a quienes ella sigue considerando "nietos".
Diana (2022) destaca cómo el vínculo con sus mascotas se traduce en una relación de
cuidado similar a la de una madre con sus hijas: "Duermen conmigo todas las noches, las llevo
de paseo, al veterinario, las visto, las peino, me acompañan a hacer ejercicio y de visita con mi
familia". La dedicación hacia sus perritas se extiende al ámbito económico, priorizando su
bienestar incluso sobre sus propias necesidades, en términos de alimentación, salud y
recreación. Este nivel de integración familiar refuerza el papel significativo de los animales
dentro del hogar, alejándose de una relación convencional de dueño y mascota.
Sin embargo, la cercanía con los animales también conlleva desafíos emocionales.
Georgina (2022) menciona que, tras haber perdido varias mascotas a lo largo de su vida, optó
por mantener una relación más distante con ellas para evitar el dolor de la separación:
"Pensando tal vez que si mantengo la relación de ama-mascota, hará menos difícil la separación,
cuando llegue el momento". Esta reflexión resalta el impacto de la pérdida en la manera en que
las personas gestionan sus vínculos con los animales y la necesidad de establecer límites
emocionales en la relación interespecie.
Para Iliana (2022), la adopción de su perrita Lola marcó un proceso de aprendizaje y
transformación en su familia. Aunque inicialmente les resultó difícil integrarla, debido a su edad
adulta, con el tiempo los niños desarrollaron una relación afectiva fuerte, a tal punto que
comenzaron a verla como "su hermana". En su testimonio, Iliana destaca la importancia de la
convivencia con animales en el fomento de la empatía y la responsabilidad en los niños:
"Claramente veo cómo les ha fomentado la empatía por los seres vivos, además de adquirir
responsabilidades para su cuidado". Esta integración se refleja también en la planificación de la
vida familiar, ya que sus viajes y vacaciones incluyen la presencia de sus mascotas, o la constante
preocupación por su bienestar en su ausencia.
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Por otro lado, la historia de Alba (2022) con su perro Hashi ilustra cómo la relación con
una mascota puede impactar la dinámica familiar a lo largo del tiempo. Hashi fue un lazo entre
un padre y su hijo, manteniéndolos en contacto a pesar de la distancia que se generó tras la
independencia del hijo. La enfermedad de Hashi, su hospitalización y el compromiso de su
dueño con su bienestar resaltan la profundidad del vínculo, que trascendió la relación de dueño-
mascota y se convirtió en un eje de conexión familiar. Alba (2022) reflexiona sobre el proceso
de envejecimiento de los perros en comparación con los humanos, señalando que "nos puede
volver vulnerables al recordarnos el valor más preciado que tenemos; el tiempo y con quién
decidimos compartirlo".
Las narraciones demuestran que el lugar que ocupan los animales en la familia es cada
vez más relevante, influyendo en la organización del hogar y en la construcción de relaciones
interpersonales. La literatura respalda esta transformación, mostrando cómo el vínculo con las
mascotas fortalece los lazos familiares y genera redes de apoyo afectivo (Linne & Angilletta,
2023). Además, el concepto de "familia de mascotas" ha evolucionado, integrando aspectos
afectivos, económicos y sociales, convirtiendo a los animales en figuras clave dentro del hogar
(Cain, 1985).
Transformaciones personales y en el quehacer terapéutico sistémico
Las narraciones reflejan que la convivencia con animales ha generado cambios significativos en
la vida personal y profesional de las participantes, especialmente en aquellas con formación en
psicología y terapia sistémica. Su presencia en momentos de transición, como el síndrome del
nido vacío o la migración de hijos, ha funcionado como red de apoyo emocional y ha reforzado
la comprensión del impacto de los vínculos interespecie en la salud mental.
Lucía (2022) destaca cómo su experiencia con mascotas le permitió comprender que las
dinámicas familiares trascienden lo biológico, siendo los animales parte fundamental en la
cohesión del sistema: "La vivencia de relacionarme con mascotas y su impacto en mi familia me
ha ayudado a entender que lo descrito teóricamente sobre las dinámicas internas en los
sistemas familiares como es la cohesión familiar y las redes de apoyo inter y externas, traspasan
las barreras meramente biológicas". En su caso, la migración temprana de sus hijos intensificó
el síndrome del nido vacío, por lo que la presencia de sus mascotas ayudó a sobrellevar la
transición: "La presencia de miembros interespecie ayudó a llevar a cabo el proceso de
transición en el ciclo vital familiar y de pareja". Como terapeuta, enfatiza la importancia de
integrar estos vínculos en la práctica clínica, generando "rituales o procesos que puedan incluir
redes de apoyo interespecie".
Diana (2022) profundiza en el papel terapéutico de los animales en diversas condiciones
psicológicas, señalando que "las mascotas tienen un efecto positivo en la vida de las personas".
Destaca su relevancia en el tratamiento de la ansiedad, la depresión y el estrés, y cómo algunos
terapeutas prescriben el acompañamiento de una mascota como parte del proceso terapéutico:
"En la actualidad, existen casos de terapeutas que prescriben el acompañamiento de una
mascota como apoyo emocional en el contexto educativo o laboral de las personas". En su
práctica clínica, ha integrado la compañía de mascotas en directivas terapéuticas y ha observado
progresos significativos en sus pacientes.
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Desde su experiencia como terapeuta sistémico, Georgina (2022) resalta el impacto de las
mascotas en el desarrollo socioemocional infantil. Para ella, los niños encuentran en sus
animales de compañía un apoyo incondicional, generando un lenguaje propio de comunicación:
"Son los infantes quienes mejor se sienten acompañados y entendidos por su mascota, pues
son quienes los acompañan sin necesidad de comunicarse con palabras". Esta vivencia,
reforzada en su propia infancia y en la crianza de sus hijos, la lleva a considerar la inclusión de
mascotas en los procesos terapéuticos familiares: "Creo que incorporar una mascota al hogar
es un apoyo importante en el desarrollo socioemocional de los niños, e incorporarlos al proceso
terapéutico retribuirá en beneficios para la familia consultante".
Iliana (2022) enfatiza la importancia de los animales en la estructura y roles familiares,
destacando su integración en el genograma como herramienta terapéutica: "Desde el trabajo
terapéutico con enfoque sistémico, me parece de especial interés identificar en qué momento
del ciclo vital se agregan a la familia y la función que cumple dentro de ella". En su experiencia,
ha observado que los niños y adolescentes son quienes más significado le otorgan a la presencia
de los animales, lo que facilita la alianza terapéutica y la exploración de dinámicas familiares.
Las transformaciones personales son clave en la terapia sistémica, impactando tanto la dinámica
como los resultados del proceso terapéutico (Cammaert & María, 2013; Ferguson, 2018;
Lindström & Isaksson, 2017; Reyes Plazaola & Díaz Videla, 2021; Wrobel, 2014). La introspección
y autoconciencia de los terapeutas fortalecen su capacidad de intervención y conexión con sus
clientes.
En este enfoque, facilitar transformaciones personales mejora la calidad de vida y
promueve relaciones familiares más saludables (Carr, 2020). Estos cambios afectan tanto a nivel
individual como relacional, favoreciendo la reciprocidad y la adaptación dentro del sistema
terapéutico.
Las narrativas analizadas evidencian que los animales no humanos contribuyen al ajuste
emocional en momentos de transición familiar, como el síndrome del nido vacío, al servir como
una red de apoyo interespecie que refuerza la cohesión familiar (Bures, 2021; Reyes Plazaola &
Díaz Videla, 2021). También desempeñan un papel terapéutico en el manejo de la ansiedad,
estrés, depresión y otras dificultades emocionales, desde su función como animales de servicio
hasta su incorporación en sesiones terapéuticas (Aragunde-Kohl et al., 2020). En particular, en
la intervención con niños, su presencia favorece el desarrollo socioemocional y fortalece el
vínculo entre paciente y terapeuta (Silva & Osório, 2018).
Desde la perspectiva sistémica, incluir animales en el genograma familiar permite
analizar patrones de apego e interacciones clave en el ciclo vital, enriqueciendo la evaluación de
las dinámicas familiares y sirviendo como un recurso terapéutico valioso (Rodríguez Ceberio &
Díaz Videla, 2020).
Discusión+
!
Este estudio revela que los animales no humanos son cruciales para la dinámica
emocional y estructural del hogar, trascendiendo la mera compañía. Los vínculos con animales
fortalecen la pertenencia, la seguridad y la regulación emocional, especialmente en momentos
de crisis (Brandes, 2020; Tomlinson et al., 2023; Zurita & Carrillo, 2010). La convivencia
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interespecie reconfigura roles y estructuras familiares, promoviendo la colaboración y el
compromiso (McGoldrick, 2018; Rodríguez Ceberio & Díaz Videla, 2020). Además, fomenta
habilidades socioemocionales en niños y adolescentes, como la empatía y la responsabilidad
(Bures, 2021). En terapia, la presencia de animales puede mejorar la adherencia al tratamiento
y fortalecer la relación terapéutica (Monfort Montolio & Sancho-Pelluz, 2020). Las familias
interespecie desafían las concepciones tradicionales de familia, promoviendo modelos más
inclusivos (Haraway, 2019).
Es importante reconocer los alcances y limitaciones de este estudio. Si bien nuestra
investigación proporciona información valiosa sobre las relaciones interespecie en el contexto
familiar, el enfoque cualitativo autoetnográfico limita la generalización de los resultados a otras
poblaciones. Además, nuestra posición social como investigadoras y terapeutas, así como
nuestro género y origen socioeconómico, pueden haber influido en nuestra perspectiva al
analizar las narrativas. Futuros estudios con muestras más diversas y diseños metodológicos
que permitan una mayor generalización podrían complementar estos hallazgos.
A pesar de estas limitaciones, este estudio contribuye a la comprensión de las familias
interespecie y abre nuevas vías para la investigación y la práctica terapéutica.
Conclusión+
!
Esta investigación subraya la importancia de las relaciones interespecie en las familias
contemporáneas, donde los animales no humanos son miembros activos que influyen en la
salud emocional, la cohesión familiar y el desarrollo personal. Este estudio aporta evidencia
cualitativa sobre el impacto de estos vínculos en la dinámica familiar y refuerza la necesidad de
integrar la perspectiva interespecie en la terapia y las evaluaciones familiares.
Los animales no humanos son cruciales para la dinámica emocional y estructural del
hogar, trascendiendo la mera compañía. Los vínculos con animales fortalecen la pertenencia, la
seguridad y la regulación emocional, especialmente en momentos de crisis. La convivencia
interespecie reconfigura roles y estructuras familiares, promoviendo la colaboración y el
compromiso. Además, fomenta habilidades socioemocionales en niños y adolescentes, como la
empatía y la responsabilidad. En terapia, la presencia de animales puede mejorar la adherencia
al tratamiento y fortalecer la relación terapéutica. Las familias interespecie desafían las
concepciones tradicionales de familia, promoviendo modelos más inclusivos.
Futuros estudios podrían ampliar el análisis con muestras más diversas y examinar el
impacto de estos vínculos en el bienestar infantil y la salud mental a lo largo del ciclo vital. Se
recomienda diseñar estrategias de intervención que incorporen a los animales no humanos en
la práctica clínica, aprovechando su potencial en la regulación emocional y el fortalecimiento de
la resiliencia. La creciente integración de los animales en la vida familiar refuerza la importancia
de estudiarlos desde una perspectiva interdisciplinaria y sistémica, abriendo nuevas
oportunidades en la terapia y en la comprensión de las familias interespecie.
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Referencias+
!
Agudelo Bedoya, M. E., & Estrada Arango, P. (2015).
Realidades familiares que cambian: Invitación a nuevas
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